viernes, 22 de marzo de 2019

En busca del Paraíso Perdido

Por Conservadurismo

«Las ideas son como los clavos, cuanto más se les golpea,

más adentro se meten»

(Alejandro Dumas)


El Perú es un país dividido. Y quizás, así nació. Por esa razón esta verdad evidente, pasada por alto durante prácticamente dos siglos, está terminando por acabar con aquel país y con ello perjudicar a cada peruano. El Perú nunca abandonó el Virreinato.
Por un lado, están los aprovechadores, abusadores del derecho y victimarios. Y por el otro, los que creen en la legalidad pero que nada pueden hacer en un sistema que no funciona, porque no está diseñado para que se respete la ley, sino lo contrario. 

Por eso, del otro lado, los abusadores de todo derecho pasan por encima, pisoteando en un claro atentado contra la integridad individual de cada peruano y de esa forma convirtiéndose en un obstáculo para el bien común.
 
Por eso, en Latinoamérica más que un nuevo Contrato Social es indispensable la verdadera liberación de nuestros pueblos del Yugo Señorial, de esa elite económica reciclada al amparo de los grandes capitales extranjeros, que sigue ahí, no para mostrarse como nuestros dirigentes, sino para erigirse como nuestros permanentes dominadores.
 

La realidad histórica nos permite ver con optimismo y confianza, que no somos los primeros, ni seremos los últimos. Una nueva gesta independentista se hace necesaria en Latinoamérica para lograr una meta inconclusa, el de la Unión, empezando por el Perú. Si Cataluña exige su independencia, nosotros los hijos del pueblo, también necesitamos una. Es necesario el nacimiento de un nuevo estado. EL NUEVO ESTADO CONFEDERATIVO, conformado por nosotros.
 
Es importante reconocer y declarar que nosotros, las personas, no somos propiedad de ningún Estado; sino que por encima de ello, somos personas con derechos inherentes, como el de la libertad para elegir nuestro destino común y nuestra vida propia. Por ende, nuestra propia forma de gobierno, con nuestras propias leyes y nuestras propias tradiciones.
 
Llegó el momento de mirar las cosas tal como son, de aceptar la realidad con valentía, de demostrar que no hablamos, sino decidimos. De saber hacer una revolución silenciosa. Que pueden darnos un desierto, como territorio, y demostraremos que en él podemos levantar un Paraíso, mejor que el Edén. Este es el momento de echar la semilla del nuevo jardín, del Nuevo Estado Latinoamericano.


Como el noble Alfredo González-Prada en 1915, volvamos a decir: “Hagámonos la firme resolución de conquistar el bienestar que nos falta y la libertad que ambicionamos; la propia autosugestión del deseo unánimemente deseado nos volverá capaces de obtener todo aquello que ahora nos sentimos impotentes de conquistar.” Pese a la oscuridad del presente, seremos grandes, si mantenemos la voluntad firme y nuestros pies caminan hacia adelante, todos los días.

En busca del Paraíso Perdido

Por Conservadurismo «Las ideas son como los clavos, cuanto más se les golpea, más adentro se meten» (Alejandro Dumas) ...